SEMANA SANTA ZAMORA

La Semana Santa de Zamora es una manifestación de religiosidad popular católica que celebra anualmente la pasión, muerte y resurrección de Cristo. Es el más relevante acontecimiento religioso, cultural y social de la ciudad de Zamora, siendo su desarrollo reflejo de su propia historia y evolución. Con un origen que se remonta a 1273, es una de las más antiguas y prestigiosas de España, además de contar con una notable repercusión a nivel internacional. La Semana Santa zamorana cuenta desde 1957 con su propio Museo de Semana Santa, un espacio único en España creado con el fin de conservar y exhibir al público los pasos procesionales de las cofradías, hasta entonces alojados en diversos locales. 

Además de poseer una imaginería de gran valor artístico y patrimonial, destaca por sus marcadas señas de identidad, como son la devoción, la sobriedad, la austeridad, el silencio, el respeto y el fervor con el que se vive tanto por parte de los cofrades como por parte de los espectadores. Debido a todo esto la Pasión zamorana fue declarada de Interés Turístico Internacional en 1986. 

En 2015 la Junta de Castilla y León con la supervisión del Ministerio de Cultura del Gobierno de España la declaró Bien de Interés Cultural, siendo así la primera Semana Santa de España en ostentar dicha declaración. Tras este último reconocimiento la Semana Santa zamorana aspira a ser reconocida como patrimonio cultural inmaterial de la Humanidad por la UNESCO

Historia

Edad Media

El más antiguo testimonio documental de la Semana Santa zamorana se remonta a 1179 cuando el Infante D. Sancho (hermano del rey Alfonso X) dicta las siguientes palabras: 

"... Otro si el obispo e el Cabildo e la clerecía de Çamora ayan libremiente entrada e salida sobre la puerta de Mercadiello, para cantar los viersos e fazer presentaçión de Nuestro Sennor en día de Ramos a servitio de Dios, e del Rey, e de mí, e a onra de la cipdat, assí commo fue siempre usado e otorgado por el Conceyo..." 

Durante el s. XIV se fundan diversas cofradías en la ciudad, de carácter gremial, sin que ninguna llegue a nuestros días. En el s. XV se fundan tres cofradías que sí han llegado hasta nuestros días: La Santa Vera Cruz, la de Nuestra Madre de las Angustias y la de la Santísima Resurrección. De todas ellas, la Cofradía de la Santa Vera Cruz es considerada la más antigua de la Semana Santa zamorana y, documentalmente, la más antigua de todas las procesiones y hermandades que desfilan por las calles españolas, que partía de la ya derribada Capilla de San Miguel adosada a la Iglesia de San Juan. 

Edad Moderna 

El espíritu renovador del Concilio de Trento (1545-1563) modificó sustancialmente la celebración anual de la Semana Santa. En la ciudad de Zamora se fundaron nuevas cofradías, se orientó a las ya existentes a la observación de la disciplina y la penitencia pública y se incorporaron más pasos procesionales, que no han llegado a nuestros días.

En 1593 se fundó la cofradía oficial de la Pasión zamorana, la Real Cofradía del Santo Entierro, en cuya estación del Viernes Santo a la Catedral se escuchaba el sermón del descendimiento, ya desaparecido. En 1610 se fundó la Congregación de Nazarenos, pero desapareció en 1630. En 1651, dicha cofradía fue refundada, tomando el nombre de Cofradía de Jesús Nazareno, "vulgo Congregación". Esta cofradía realizaba y continúa realizando su salida en la mañana del Viernes Santo. Su hábito actual mantiene los mismos elementos, con mínimas modificaciones, del original del periodo barroco. 

En el s. XVIII cabe destacar la figura de Don Antonio Jorge Galván que fue obispo de la Diócesis de Zamora desde 1767 hasta 1776. Reorganizó la Semana Santa, con el propósito de eliminar la elementos poco ortodoxos, configurando una pasión que se asemeja notablemente a la actual. 

Edad Contemporánea

El s. XIX se caracterizó en materia religiosa por la desamortización de bienes eclesiásticos, que hizo mermar las pertenencias de parroquias y cofradías. La figura artística fundamental de la Semana Santa, Ramón Álvarez, nacido en la localidad de Coreses, aportará numerosas imágenes y pasos a la Pasión, que supusieron una sustancial mejora a la celebración. Ya en el último tercio del siglo, el auge del ferrocarril y los transportes en general, propiciaron un incipiente turismo. En 1897 se fundó la Junta de Fomento de la Semana Santa. En esta etapa se empezó a promocionar turísticamente la ciudad y su Semana Santa. La Junta de Fomento pasará a llamarse con el tiempo Junta Pro-Semana Santa. Entre sus actividades pueden contarse la edición del cartel anunciador, el Pregón de Semana Santa y el Pórtico musical de la Semana Santa, además de varias exposiciones y ediciones bibliográficas.

El s. XX fue la etapa más fructífera en cuanto a fundación de nuevas cofradías y popularización de la Semana Santa fuera de la ciudad. En 1925 se fundó la Cofradía del Cristo de las Injurias y en 1935 la Cofradía de Jesús del Vía Crucis. La Guerra Civil española supuso un gran retroceso para la Semana Santa ya que algunas cofradías no salieron a la calle y se repitieron carteles anunciadores de años anteriores por la escasez de papel. En la postguerra y en pleno auge del Nacional-catolicismo un grupo de jóvenes del seno de Acción Católica, fundaron la Hermandad de Jesús Yacente sacando en procesión el recién descubierto Yacente de la Iglesia de la Concepción en 1941. El Nacional-catolicismo que impulsó el régimen franquista contribuyó enormemente al esplendor de la Semana Santa Zamorana, al igual que en toda España. En 1943 un grupo de excombatientes fundaron la Cofradía de Jesús en Su Tercera Caída. En esta década de los años 40, también se fundaron la Cofradía de la Entrada Triunfal en Jerusalén, la Sección de Damas de la Soledad y la Cofradía de Jesús del Vía Crucis. En 1956 un grupo de jóvenes fundó la Hermandad de Penitencia, de inspiración rural, que dio en conocerse popularmente como "las capas pardas", en alusión a las capas alistanas que visten los penitentes.

En 1961, en medio de una etapa de clara crisis en la Semana Santa, se fundó la Sección de Damas de la Esperanza perteneciente a la Cofradía de Jesús del Vía Crucis, además en 1964 el Museo de Semana Santa abrió sus puertas. Cuatro años después, se fundó la Hermandad de las Siete Palabras (1968) que fue la primera cofradía en aceptar mujeres vestidas con hábito y caperuza en sus filas, la Hermandad Penitencial del Espíritu Santo (1974) y la de la Buena Muerte (1975). Más tarde, en 1989, se funda la hermandad más joven de la Semana Santa de Zamora y que supone un homenaje a los que la hicieron posible, la Hermandad de Nuestro Señor, Jesús Luz y Vida. Cabe destacar también que en 1986, la Semana Santa zamorana, fue declarada de Interés Turístico Internacional. Durante este periodo de mediados del siglo XX destacan algunos autores que publican y estudian el entorno de la Semana Santa Zamorana y es el juez Federico Acosta Noriega que publica diversos poemas dedicados a las procesiones y cofradías. 

Los primeros años del s. XXI han encontrado a la Semana Santa disfrutando de una extraordinaria relevancia social y cultural así como con muy altas cotas de participación. Se han incorporado nuevos pasos y grupos escultóricos. Este auge no está exento de problemas tales como las largas listas de espera para ingresar en muchas de las hermandades, que mantienen cupos cerrados y la incorporación de la mujer a la Semana Santa. 

Cofradías

La Semana Santa zamorana está formada por 17 cofradías, congregaciones, hermandades y secciones de damas, integradas en la Junta Pro Semana Santa. A continuación se detalla el nombre completo y año de fundación de cada una de ellas.

  • Cofradía de la Santa Vera Cruz, Disciplina y Penitencia (1508) con antecedentes en el s. XII
  • Cofradía de Nuestra Madre de las Angustias (1585)
  • Real Cofradía del Santo Entierro (1593)
  • Cofradía de la Santísima Resurrección (s. XVI)
  • Cofradía de Jesús Nazareno, Vulgo Congregación (1651) con antecedentes en 1610
  • Real Hermandad del Santísimo Cristo de las Injurias, Cofradía del Silencio (1925)
  • Cofradía de Jesús del Vía Crucis (1935)
  • Penitente Hermandad de Jesús Yacente (1941)
  • Cofradía de Nuestro Padre Jesús en su Tercera Caída (1942)
  • Real Cofradía de Jesús en su Entrada Triunfal en Jerusalén (1948)
  • Hermandad de Penitencia, Capas Pardas (1956)
  • Hermandad Penitencial de las Siete Palabras (1968)
  • Hermandad Penitencial del Santísimo Cristo de la Buena Muerte (1974)
  • Hermandad Penitencial del Santísimo Cristo del Espíritu Santo (1974)
  • Hermandad Penitencial de Nuestro Padre Jesús de Luz y Vida (1988)

Vida de hermandad

Las hermandades, cofradías y congregaciones de la semana santa de Zamora realizan, además de su procesión anual, otros actos de carácter litúrgico, formativo, asistencial y lúdico a lo largo del año, si bien mantienen una actividad notablemente más intensa en torno a la cuaresma y la semana santa. 

Actos litúrgicos

Las cofradías zamoranas realizan numerosos actos litúrgicos que se suelen concentrar en la cuaresma.​ Suelen ser Vía Crucis, triduos, quinarios, imposición de medallas, misas de hermandad etc. Destaca la Bendición de las Palmasen la SIB Catedral en la mañana del Domingo de Ramos. 

Actos no litúrgicos


Además de las obligaciones religiosas, las cofradías también desarrollan otras actividades de carácter práctico y organizativo, tales como asambleas, ensayos de paso, ensayos de coro, ensayos de banda etc.​ También tienen lugar cenas y almuerzos de hermanos de paso: Estos encuentros pueden tener lugar durante todo el año, en fechas más o menos señaladas. Se suele tener una cita fundamental los días previos al desfile, por ejemplo los hermanos de paso de "Las Tres Marías y San Juan" se reúnen los Sábados de Lázaro para cenar. Estos encuentros tienen una serie de objetivos oficiales y otros extraoficiales. Los oficiales son las lecturas de los informes remitidos a la cofradía, de lo dicho a los Jefes de Paso en las reuniones de las cofradías, comentar aspectos organizativos del desfile, concertar reuniones para tallar a los hermanos de paso con objeto de ubicarlos posteriormente en un lugar adecuado dentro de él. Los objetivos extraoficiales son el recuentro con los demás hermanos de paso en vísperas de tan magno acontecimiento.  

Imaginería

La Semana Santa de Zamora cuenta con un importante patrimonio imaginero. Las obras que se pueden ver en las calles de Zamora fueron ejecutadas entre los siglos XIV al XXI. Las piezas más antiguas son tan solo unas pocas, en cambio abundan las composiciones e imágenes realizadas en los últimos 150 años. Los imagineros proceden de distintos focos escultóricos, especialmente aquellos de los s. XX y XXI, cuando que se sumaron a la nómina de pasos zamoranos obras de artistas que procedían de distintas escuelas. 

La mayoría de las tallas están realizadas en madera policromada, pudiendo encontrarse imágenes de talla completa o de vestir. En algunos casos, la madera policromada se combina con la técnica de la tela encolada, sobre todo en las obras de Ramón Álvarez y sus seguidores. 

Las obras que son sacadas en procesión son habitualmente propiedad de las hermandades aunque cierto número de ellas son propiedad de iglesias y parroquias, que las ceden a las hermandades que les rinden culto para su salida procesional. Entre estas últimas se encuentran las de mayor valor antigüedad y valor artístico, como el Cristo de las Injurias, el Cristo de la Buena Muerte o el Cristo Yacente. 

La mayoría de las imágenes son custodiadas y mostradas al público en el Museo de Semana Santa, fundado en 1964. Allí permanecen montadas sobre sus respectivos pasos procesionales que en Zamora se conocen como "mesas". Estas están realizadas por artistas locales en madera siguiendo el estilo plateresco o barroco. 

Periodo medieval y renacentista

Las obras de esta época que salen en las procesiones de Zamora, no fueron realizadas ni para las hermandades ni para ser portadas sobre pasos. No obstante, han sido incluidas en la pasión zamorana por su alto valor artístico e histórico. Destaca el Stmo. Cristo de las Injurias, anónimo del s. XVI, portentosa imagen de Cristo en la Cruz, referente artístico de la Semana Santa zamorana. Los imagineros cuyo nombre conocemos y que pertenecen a este periodo son Gil de Ronza y Juan Ruiz de Zumeta. 

Periodo barroco

Zamora no cuenta con numerosas obras de este estilo en sus procesiones, a diferencia de las vecinas Valladolid, Medina de Rioseco, León o Salamanca. Los pasos que poseyeron las cofradías en esta época fueron reemplazados en su mayor parte en el s. XIX. Las obras barrocas que desfilan en la actualidad no fueron encargadas por las cofradías, sino por las iglesias, y que se han incorporado a las procesiones desde el s. XIX. Destaca el imaginero Francisco Fermín, discípulo de Gregorio Fernández. Justo Fernández Lebrón realizó para la Congregación la imagen de Jesús Nazareno en 1801, del conocido paso como "Cinco de copas". 

Periodo contemporáneo

Desde la segunda mitad del s. XIX y en parte para superar el proceso desamortizados, la Semana Santa de Zamora se entregó a una profunda regeneración. Se incluyeron numerosos pasos nuevos y se fundó, a iniciativa del Ayuntamientola Junta de Fomento de la Semana Santa en 1897, para mejorar y promover la Semana Santa. 

Ramón Álvarez y sus seguidores

La figura fundamental en la evolución decimonónica de la pasión zamorana fue el imaginero Ramón Álvarez Moretón. Nacido en la localidad de Coreses, dedicó su producción básicamente a la producción religiosa, muy notablemente a las cofradías. A él se deben numerosos grupos procesionales e imágenes de devoción. La concepción teatral de los pasos conectó rápidamente con la burguesía local, que costeaba las nuevas imágenes. Tuvo numerosos seguidores entre los que cabe mencionar a Ramón Núñez Fernández, Miguel Torija Domínguez y Aurelio de la Iglesia Blanco. Fuera del círculo de D. Ramón se sitúan José María Garrós Nogué y Ángel Marcéaunque comparten múltiples aspectos estéticos y fueron contemporáneos. 

Imagineros del s. XX y XXI

De los imagineros del s. XX cabe destacar la notabilísima figura de Mariano Benlliure Gil que dejó dos soberbios pasos en Zamora, El Descendido y Redención. Otros notables artístas que trabajaron para las cofradías zamoranas fueron Quintín de Torre Berástegui, Enrique Aniano Pérez Comendador, Ricardo Segundo García, Víctor de los Ríos, Florentino Trapero Ballestero, Ramón Abrantes Blanco, Fernando Mayoral Dorado, Higinio Vázquez, Hipólito Pérez Calvo y José Sánchez de la Guerra. Cabe mencionar a Juan de Ávalos que realizó un pequeño Cristo de mano, no un paso, para la Cofradía de las 7 palabras. A caballo entre dos siglos encontramos la obra de Antonio Pedrero Yéboles, Luis Álvarez Duarte, Ricardo Flecha Barrio y Manuel Ramos Corona. 

Pasos

La mayoría de los pasos procesionales de Zamora se conservan en el Museo de Semana Santa de la ciudad, donde pueden ser visitados. Allí se custodian fundamentalmente las imágenes y grupos de más reciente creación, sobre sus andas. Las imágenes antiguas o de mayor devoción permanecen expuestas en distintas iglesias y conventos de la ciudad. 

Pasos en el Museo de Semana Santa

  • Jesús en su Entrada Triunfal en Jerusalén (La Borriquita) Autor: Florentino Trapero, año: 1950. Su importe fue de cien mil pesetas. Representa a Jesús montado en una pollina, rodeado por un hombre y dos mujeres, una con un niño en brazos, portando palmas y laurel. Detrás unos niños agarran una pollina. Es un grupo escultórico de gran calidad. Está realizado en madera de pino de Soria, y su autor también diseño la mesa procesional. Sustituyó a un grupo anterior realizado por José Lera en 1816.
  • Jesús en su Tercera Caída Autor: Anónimo, autor: Quintín de Torre Berástegui, año: 1947. Tallado en madera de pino del Norte a tamaño natural. Esta imagen fue venerada durante muchos años en la Iglesia de San Lázaro hasta que, por la dificultad de su traslado del altar a la mesa procesional, se instaló definitivamente. Su importe fue de 25.000 pesetas. La figura de Jesús Caído, apoya su brazo izquierdo en el suelo mientras que con el otro intenta soportar el peso de la cruz que cae sobre sus espaldas. Su autor, Quintín de Torre, presenció su estreno en 1947. Actualmente se le puede volver a rendir culto durante todo año en la iglesia de San Lázaro.
  • La Despedida Autor: Enrique Pérez Comendador, año: 1957. Tallado en madera de pino, cedro y ciprés y pintado al óleo. Los ojos de ambas imágenes están hechos con gemas finas y marfil, sistema empleado por los escultores egipcios de la Tercera Dinastía. Su importe fue de 125.000 pesetas. Representa con acierto, la despedida de la Virgen y Jesús, la Madre pregunta, y el Hijo responde con una mirada. Se desconoce la existencia de otros grupos escultóricos en la imaginería española que traten de la separación entre Jesús y María.
  • La Virgen de la Amargura Autor: Ramón Abrantes Blanco, año: 1959. Imagen de las llamadas de bastidor de 1,82 metros de altura. Tallada en madera de pino el cuerpo y en madera de cerezo cabeza, manos y pies. Viste túnica blanca de lamé plateado y manto de terciopelo negro con bordados en oro. Se encuentra durante todo el año en el Museo de Semana Santa, el Sábado de Lázaro es trasladada a la Iglesia Parroquial de San Lázaro de donde parte el desfile de su Hermandad la tarde del Lunes Santo.
  • La Santa Cena Autor: Fernando Mayoral. Año, 1991. Representa la escena al modo tradicional, con los 13 personajes entorno a la mesa eucarística. Es de talla completa.
  • El lavatorio de los pies Autor: Higinio Vázquez, año 2001.
  • La Oración en el huerto Autor: José Sánchez de la Guerra, s.XVII.
  • El Prendimiento Autor: Miguel Torija. Año, 1898.
  • La Flagelación Autor: José Sánchez de la Guerra, s.XVII.
  • La Coronación de Espinas Autor: Higinio Vázquez, año 1999.
  • La Sentencia Autor: Ramón Núñez, año 1927.
  • La Virgen Dolorosa Autor: Ricardo Segundo, año 1942.
  • Jesús Camino del Calvario, vulgo Cinco de Copas Autor: Justo Fernández, año, 1802.
  • La Caída Autor: Ramón Álvarez, años, 1866-1878.
  • Jesús Nazareno Autor: Antonio Pedrero, año 1999.
  • Redención Autor: Mariano Benlliure. Año, 1931. Soberbio grupo procesional de intenso modelado. La policromía es muy suave de modo que se aprecia el trabajo de gubia y la veta de la madera. La carroza también fue realizada por el autor, destacando en ellas las misericordias.
  • Las Tres Marías y San Juan Autor: Hipólito Pérez Calvo. Año, 1977. Interesante grupo compuesto a partir del boceto dejado por Mariano Benlliure. Dado que procesiona tras Redención, el artista quiso insinuar la policromía, dejando a la vista la veta de la madera, para que ambos conjuntos sean armónicos.
  • La Verónica Autor: Ramón Álvarez, año 1885.
  • La Desnudez Autor: José María Garrós, año 1901.
  • La Crucifixión Autor: Ramón Álvarez, año 1880-1885.
  • La Elevación de la Cruz Autor: Aurelio de la Iglesia, años 1899-1901.
  • La Agonía Autor: Juan Ruiz de Zumeta, años 1604-1605.
  • La Magdalena Autor: Ángel Marcé, año, 1892.
  • La Conversión del Centurión Autor: Fernando Mayoral Dorado, año, 2001.
  • La Lanzada Autor: Ramón Álvarez, año, 1868.
  • El Descendimiento Autor: Ramón Álvarez, años, 1857-1859.
  • San Juan y Nuestra Señora Autor: Ricardo Flecha, año, 2004.
  • El Descendido Autor: Mariano Benlliure, año, 1879.
  • La Piedad Autor: Manuel Ramos Corona, año, 2004.
  • La Conducción al Sepulcro Autor: José María Garrós, año, 1901.
  • El Retorno del Sepulcro Autor: Ramón Núñez, año, 1927.
  • La Virgen de los Clavos Autor: Ramón Álvarez, año 1887.

Pasos en las iglesias de Zamora

  • Cristo del Espíritu Santo Se trata del crucificado más antiguo de la Semana Santa de Zamora. Este crucificado de estilo gótico, apareció emparedado en el templo del Espíritu Santo el 14 de mayo de 1963. Apareció junto con otros objetos en un nicho situado en el muro sur del presbiterio mientras se estaban realizando obras de desencalado en la Iglesia. El Cristo se encontraba de pie y apoyado sobre el fondo. La talla se encontraba incompleta, sus pies habían sido serrados, le faltaba el brazo izquierdo y carecía de cruz. Sólo los pies fueron encontrados junto al resto de objetos. La causa de que la imagen fuera emparedad será quizá el cambio de gusto estético de la época. Julián Román talló su brazo izquierdo y ensambló los pies, y Fernando Núñez Colodrón policromó las piezas nuevas y talló la cruz. En 1996 se llevó a cabo la última restauración, con la cual se devolvieron sus valores originales.
  • Jesús Luz y Vida Autor: Hipólito Pérez Calvo, año: 1988. Imagen realizada para la Hermandad por Pérez Calvo, representa a Jesús con los brazos abiertos y es portado en unas enormes andas sobre un hombro por cargadores/as. Se encuentra expuesto al culto en la S.I. Catedral.
  • Jesús en su Tercera Caída Autor: Anónimo, autor: Quintín de Torre Berástegui, año: 1947. Tallado en madera de pino del Norte a tamaño natural. Esta imagen fue venerada durante muchos años en la Iglesia de San Lázaro hasta que, por la dificultad de su traslado del altar a la mesa procesional, se instaló definitivamente en el Museo de Semana Santa. Su importe fue de 25.000 pesetas. La figura de Jesús Caído, apoya su brazo izquierdo en el suelo mientras que con el otro intenta soportar el peso de la cruz que cae sobre sus espaldas. Su autor, Quintín de Torre, presenció su estreno en 1947. Actualmente se le puede volver a rendir culto durante todo año en la iglesia de San Lázaro.
  • Cristo de la Buena Muerte Autor: Juan Ruiz de Zumeta, año: 1585. Magnífico crucificado que permaneció en el Convento de San Francisco, hasta mediados del siglo pasado, que se trasladó a la Iglesia de Santiago el Burgo, y desde allí a donde recibe culto actualmente, la Iglesia de San Vicente. En la Iglesia de San Vicente se encuentra en posición vertical, pero en la procesión se carga en posición inclinada de 45 grados, lo que hace que se aprecie mejor su belleza y sus detalles.
  • Virgen de la Esperanza Autor: Víctor de los Ríos Campos, año: 1950. Procedente de la gubia del cántabro Víctor de los Ríos es imagen de vestir, con brazos articulados, busto de maniquí y, cara y manos talladas y policromadas. Viste túnica blanca y manto de terciopelo verde rematado con estrellas bordadas en oro tejido por las monjas Marinas. Las mesa actual está realizada por el carpintero Luis López Díez y el artista madrileño, Gabriel Barranco Villar. Durante muchos años la Virgen estuvo expuesta al culto en la Iglesia de Lourdes, pero actualmente lo está en su capilla de la S.I. Catedral todo el año menos del Martes Santo al Jueves Santo que se encuentra en el Convento de las Dominicas Dueñas del barrio de Cabañales a la otra orilla del Duero.
  • Nazareno de San Frontis Autor: Anónimo, año: primera mitad del s. XVII. Tallado en madera de pino, viste una túnica de terciopelo morado bordado en oro. En 1800 pasó de la desaparecida ermita de la Cruz al templo de San Frontis donde desde entonces está expuesto a la veneración. En 1954 Florentino Trapero restauro la faz del Cristo y le talló unas manos nuevas. En 1991 se cambió la antigua cruz atacada por los xilófagos por una nueva. El Nazareno provoca gran devoción entre los vecinos y vecinas del barrio de San Frontis en Zamora. El 14 de septiembre, la Cofradía de la Cruz y del Señor, lo saca en procesión por el barrio.
  • Cristo de la Agonía (o Expiación) Autor: Anónimo, año: s. XVII. Según estudios de José Ángel Rivera de las Heras, procede de Villagodio, en 1773 pasó a la Iglesia de Santo Tomé, luego pasaría a Santa Lucía y finalmente a la Horta donde se encuentra en la actualidad.
  • Ecce Homo Autor: Gil de Ronza, s.XV. Se encuentra en la Capilla del Convento de la Virgen del Tránsito.
  • Nazareno de la Vera Cruz Autor: Anónimo, s. XVII. Se encuentra en la Iglesia de San Juan de Puerta Nueva. Imagen de vestir.
  • Cristo Yacente Autor: Francisco de Fermín, discípulo de Gregorio Fernández, s. XVII. Fue hallado en la entonces Iglesia de la Concepción; actualmente se encuentra en la iglesia de Santa María la Nueva.
  • Cristo de la Urna Autor: Luis Álvarez Duarte, año: 2002. Se encuentra en la S. I. Catedral.
  • Nuestra Madre de las Angustias Autor: Ramón Álvarez, año 1879. Iglesia de San Vicente.
  • Virgen de la Soledad Autor: Ramón Álvarez, año: 1886. Se encuentra en la Iglesia de San Juan de Puerta Nueva. Imagen de vestir.

Procesiones

En Zamora se celebran 18 desfiles procesionales entre el jueves anterior al Domingo de Ramos y el Domingo de Resurrección. Las 5 procesiones más antiguas, o históricas, son las de la Vera Cruz (tarde del Jueves Santo), la Congregación (mañana del Viernes Santo), el Santo Entierro (tarde del Viernes Santo) y Nuestra Madre de las Angustias (noche del Viernes Santo) y la Sagrada Resurrección (Domingo de Pascua).Todas ellas se celebran desde al menos el s. XVII. A ellas se han ido sumando el resto, entre 1925 y 1988, con la fundación del grueso de las cofradías zamoranas en el s. XX.

La mayoría de los desfiles transcurre en horario vespertino por el casco histórico de la ciudad, con el románico zamorano como marco arquitectónico.

Museo de Semana Santa

El Museo de Semana Santa de Zamora se encuentra dentro del casco histórico de la ciudad, al lado de la iglesia románica de Sta. María la Nueva (siglo XI) entorno a unos 300 metros de la Plaza Mayor, lo que hace ser un lugar de visita no solo por el turismo sino también el conocer las tradiciones de un pueblo o incluso saciar la curiosidad de todo turista que en la historia del museo quizá sea el único de estas características en todo el mundo. Es el museo más visitado de la ciudad. 

Historia del museo

Durante muchos años se venía sintiendo una gran preocupación de la Junta Pro-Semana Santa y concretamente de algunas de las cofradías que la integran, de tener un amplio espacio para colocar en él dignamente, a la vez que seguros de cualquier evento, los grupos escultóricos de las procesiones de la Semana Santa, ya que precisamente las cofradías con ocho o más «pasos» disponían de unos viejos locales inadecuados, con frecuentes goteras y riesgo de incendio, así como amenazados de derrumbamiento. En la reunión de la Junta de Semana Santa celebrada el día 3 de junio de 1957, se manifiesta la ineludible necesidad de construir un museo destinado a la conservación y exhibición de las obras de imaginería. En consecuencia en la reunión del Consejo Rector de 24 de septiembre de aquel año, se dio cuenta de que iba a salir a subasta pública en la casa rectoral de la parroquia de San Juan, el huerto anexo a la iglesia de Santa María la Nueva. Por resolución del Obispado se adjudicó en 100.000 Ptas., acordando entregar la mitad de dicha cantidad en el acto de la firma de la escritura notarial (que tuvo lugar el 27 de diciembre de 1957) y el resto se abonaría en dos anualidades. Para alzar el edificio se buscó la eficaz ayuda de la Cámara de Comercio e Industria de Zamora. Una vez bendecido el edificio por el Rvmo. Sr. Obispo D. Eduardo Martínez González, quedó abierto al público el Museo el 9 de septiembre de 1964. Contiguo al Museo, aunque sin comunicación con él, el 20 de junio de 1972, se adquirió un local en el que está instalado con todos los medios de protección el archivo de la documentación de la Junta y de las distintas cofradías. En el transcurso de algunos años con la adquisición de nuevas obras procesionales, se sintió la apremiante necesidad de ampliar el Museo. Para ello en 1990 la Junta adquiere una casa con su corral y un solar contiguo que entre ambas propiedades sumaron de extensión 435 m2 de salón al público, oficinas, salón de juntas y taller de restauración. El 25 de febrero de 1994, se procedió a la reinauguración del Museo de Semana Santa que hizo el Sr. Obispo de la Diócesis D. Juan María Uriarte con asistencia del Presidente de la Junta de Castilla y León, D. Juan José Lucas, junto a los directivos de la Junta de Semana Santa y cofradías. Se hizo posible alzar este singular museo, quizás único en España, que cuenta en la actualidad con 37 grupos escultóricos, túnicas y hábitos de las distintas cofradías y hermandades, gracias al entusiasmo de la gran mayoría de los zamoranos, lo que constituye casi el 75% de los pasos de la Semana Santa zamorana.

Música y sonidos

La música de la Semana Santa de Zamora tiene notable relieve y sirve de complemento a las procesiones. 

Música vocal

En Semana Santa participan coros polifónicos, de voces mixtas y voces graves. Frecuentemente marchan dentro de las comitivas ataviados como el resto de los hermanos o penitentes, aunque a veces interpretan sus cantos desde el exterior del desfile. Destaca el canto del Miserere del P. Alcácer en la noche del Jueves Santo durante la procesión del Yacente que es sin duda uno de los momentos cumbre de la Pasión zamorana. Este acto se realiza desde el año 1953 en la plaza de Viriato y es retransmitido en directo para todo el país a través de RNE. Un día antes, en la madrugada del Miércoles Santo, tiene lugar uno de los momentos más conmovedores de la Semana Santa zamorana, cuando el coro de la hermandad del Santísimo Cristo del Amparo rompe el sobrecogedor silencio de la noche y entona en la plaza de San Claudio de Olivares el miserere popular alistano mientras la procesión regresa a su templo de partida. Merece también mención la Salve a la virgen de la Esperanza o de la Soledad. 

Música instrumental

Las bandas de cornetas y tambores abren muchos desfiles a modo de banda de cabecera. Las bandas de música se sitúan tras los grupos escultóricos e imágenes de devoción. El repertorio es amplio y variado. Predominan las composiciones de corte fúnebre sobre las denominadas "de procesión". Muchas cofradías e imágenes cuentan con marchas procesionales dedicadas. Sin duda alguna, la música que mejor define la Semana Santa de Zamora es la marcha fúnebre de S. Thalberg. Existen varias ediciones fonográficas que recogen las marchas más tradicionales y algunas de las dedicadas específicamente a las procesiones de Zamora. Destacan las de la Banda de Música de la Agrupación de Infantería de Marina de Madrid​ y de la Banda de Música de Zamora.

Entre los sonidos que caracterizan la semana santa destaca el Merlú, que consiste en un toque de corneta y tambor destemplado. También es frecuente el uso de esquilas, especialmente la figura del barandales, que anuncia la llegada de las procesiones, así como de matracas y carracas.

Jerga

La pasión de Zamora, tan arraigada entre sus gentes, tiene una jerga propia muy rica e interesante que se refiere a las procesiones, pasos y personajes que en ella aparecen. Así, se refieren al avisador que precede los desfiles como al barandales, que va tocando una esquila, o al Merlú a la pareja de congregantes de Jesús Nazareno que con corneta y tambor anuncian la marcha o parada de los pasos. Cuando se refieren al banzo están mencionando el trozo de madera con almohadilla sobre el que se llevan los pasos a hombros, y cuando se habla de la mesa, se está haciendo mención a las andas de carga interior que en otros lugares se llaman andas, trono o paso. Otro aspecto cultural interesante son los sobrenombres o motes cariñosos que reciben algunos pasos o imágenes: Camino del Calvario es conocido como EL cinco de copas por la disposición simétrica de las imágenes, La Flagelación se conoce como Los Calvitos porque los sayones lo son o La Desnudez se conoce como El Redopelo

Gastronomía

Entorno a la Semana Santa de Zamora existen varios platos y dulces típicos de pascua, que son una importante seña de identidad local. Por ejemplo, el Domingo de Resurrección es típico comer dos y pingada, mientras que los días de la pasión se degustan dulces como las aceitadas o las rosquillas. Los congregantes de Jesús Nazareno van repartiendo entre el público almendras garrapiñadas en su procesión de la mañana del Viernes Santo. 

Lunes Santo

22.11.2017

Hermandad penitencial del Santísimo Cristo de la Buena Muerte

Zamora-Jose Martin
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